Las enfermedades crónicas y la pobreza están unidas en un circulo vicioso que prevalece.
La gente pobre es más vulnerable al estar más expuesta a los riegos y al tener menos acceso a un servicio de salud de calidad, esto se ve reflejando en que el ochenta por ciento de las defunciones por enfermedades crónicas ocurren en los países de ingresos
bajos y medios, donde vive la mayor parte de la población mundial.
Si bien es cierto, las enfermedades crónico degenerativas no transmisibles son causadas, muy probablemente, por el factor genético, pero el tabaquismo, la alimentación malsana y la inactividad física son los detonantes para que estás enfermedades fluyan y enfermen muy brutalmente a una persona; factores de riesgo que han aumentado con el paso de los años en todo el mundo siendo esto el producto de la globalización y la urbanización como los más relevantes. Pero los países más victimados son los que no gozan de una buena economía, y son estos mismos los que más lo recienten, perdiendo su salud.
La cuestión es determinar hasta qué punto la precariedad socioeconómica se relaciona con los otros factores de riesgo y vale la pena incluir la pobreza en las estrategias preventivas, ya que estos mismos factores muestran la necesidad de un nuevo enfoque en los planes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El considerar la salud
como un medio para combatir la pobreza absoluta sitúa la labor de la OMS en el contexto más amplio
del desarrollo.
Bibliografía:
https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=7656:2010-enfermedades-cronicas-peor-asesino&Itemid=4327&lang=es
https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2012/OPS-Detener-epidemia-mundial-EC-2006.pdf
https://intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=90609
http://apps.who.int/gb/archive/pdf_files/eb105/se5.pdf
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